viernes, 22 de octubre de 2010

Tácticas de la vida estudiantil contemporánea.

(Este el es resultado de una actividad realizada en forma colaborativa por Adriana Toledo, Miguel Garduño y su servidora)

Hoy en día la sociedad impone estilos de vida cada vez más rigurosos y demandantes. La globalización ha ocasionado que los países mantengan relaciones sin fronteras, sin barreras idiomáticas, provocando el desarrollo acelerado de los sistemas electrónicos e informáticos. Sin embargo, muchas son las paradojas que este tema arroja cuando lo abordamos; una de ellas es que beneficia mucho a muy pocos y margina a otros (Ianii, Octavio, 1996:74).

Dentro de esta problemática se encuentran aquellos que, en busca de mejores oportunidades, hacen lo que pareciera imposible: trabajar y estudiar al mismo tiempo. Actualmente, se piensa que para lograr el éxito en las diferentes disciplinas que el mundo impone, es necesario olvidarse de la familia, no alimentarse adecuadamente, sufrir el atraso social por no comentar la nueva película entre los amigos y por si esto fuera poco, someterse al celibato, para no fallar en las diferentes actividades que el ritmo de cada día marca en la vida de un estudiante.

Para la mayoría, es difícil dividir las 24 horas del día entre el trabajo y el estudio. La causa principal de este problema es que no contamos con hábitos de estudio o estrategias para llevar a cabo una sólida preparación académica. Nuestra falta de planeación y el vicio de la inmediatez que en gran medida nos ha heredado el mundo globalizado, nos llena de frustración porque aspiramos a que las cosas sean más fáciles para nosotros. De acuerdo con lo anterior, hemos diseñado esta propuesta para que los estudiantes de la maestría del CECTE consideren el uso de diferentes estrategias y herramientas para emprender un camino de buenos augurios.

Los apuros profesionales en la vida postmoderna.

Las grandes distancias que los estudiantes recorren, el tiempo que deben dedicar a su familia, al descanso, las inclemencias del tiempo, la falta de comprensión de las autoridades para las cuales trabaja, así como los abrumantes contenidos de las diferentes asignaturas, son algunos de los apuros que los profesionales que quieren estudiar enfrentan día a día. Pero no se trata de asustar a los interesados, por el contrario, aun cuando el panorama parezca oscuro hay diversas soluciones que se pueden utilizar para resolver nuestros problemas (tiempo- calidad de vida- formación profesional). Lo más importante es ser conscientes de hacer las cosas que nos interesan porque nos gustan, y, particularmente en el ámbito de la docencia, por vocación.

Planear es un proceso para decidir nuestras acciones que se realizarán a futuro, considerar diferentes alternativas en el curso de nuestras acciones y definir cuál de ellas es la mejor. Los beneficios de la planeación son muchos porque nos sujetan a un ritmo de trabajo sano y organizado. Algunas personas creen que uno de las grandes defectos en la planeación de actividades estriba en que se planifica una acción para ser llevada a cabo y en el ejercicio de esa acción surgen imprevistos, que pueden incluso orillarnos a abandonar un objetivo. Debemos considerar firmemente que esto no es un detractor, por el contrario nos permite afianzarnos hasta convertirse en un hábito que podemos adoptar incluso en nuestra vida personal. Así pues, con una buena planeación que incluya las estrategias necesarias, es decir, la descripción de ejercicios o actividades concretas que nos permitan alcanzar nuestros objetivos, será posible adquirir el conocimiento y gozar de una buena calidad de vida.

Guía para la supervivencia de los estudiantes de una maestría.

Acerca de la planeación de estrategias para mejorar el aprovechamiento de nuestro tiempo en la vida estudiantil, Vallet Mayte (2006) nos dice acerca de los estudiantes y su organización: “solemos darles todo pensado, decidimos por ellos, tratando de imponerles lo que creemos que deben hacer, y sin embargo, necesitan reflexionar para tomar decisiones y actuar de acuerdo a lo que desean hacer. Son ellos los que deben reflexionar acerca de las condiciones que favorecen o dificultan su estudio.”

Este comentario parece pertinente para aquellos que no tenemos el hábito de la planeación y el diseño de estrategias que definan, mejoren, o actualicen nuestro trabajo. Para todos aquellos que carecemos de estas habilidades este apartado contiene una especie de guía que pretende mejorar la calidad de estudio y de vida de los estudiantes al mismo tiempo.

El primer paso es elaborar un organigrama que detalle los tiempos y las actividades que debemos realizar, incluyendo las horas de descanso necesarias para rendir mejor en nuestro trabajo. Es importante jerarquizar las tareas académicas que tenemos a lo largo de la semana, evitando en todo momento hacer dos actividades al mismo tiempo, comenzando con las actividades fáciles y dejando al final aquellas que se nos dificultan.

Una buena opción es archivar en carpetas de colores los apuntes o lecturas de cada sesión para poder encontrarlas fácilmente cuando sea pertinente; repasarlas permitirá formular preguntas e ideas nuevas y lograr una mejor comprensión de la idea que el autor pretende transmitir.

Algunos psicólogos piensan que estudiar en equipo es una oportunidad de aprendizaje inmensa, pues se analizan los diferentes temas desde diferentes puntos de vista y por ende se ofrecen soluciones con diversos enfoques que generalmente funcionan y son bastante creativos.

Particularmente, los estudiantes de maestrías semipresenciales, como es el caso de los alumnos del CECTE, podrán elaborar resúmenes de las telesesiones, mapas mentales o conceptuales, así como practicar lo aprendido en dichas sesiones.

Estas propuestas son un pequeño granito de arena en la inmensidad de estrategias que sirven para sobrevivir al estudio de una maestría como ésta. Es importante recordar que el compromiso es parte esencial del logro de nuestras metas pues de nada sirve planear sin llevar a cabo.

Búsqueda del equilibrio entre la velocidad y la lentitud.

Los ritmos de vida modernos imponen características extenuantes pero si a ello agregamos el síndrome de la inmediatez que tenemos, herencia de nuestro mundo globalizado, estamos en un abismo al que seguramente hemos de sucumbir. La conjunción del estudio y las tareas que debemos llevar en nuestra vida diaria pareciera un proceso difícil; sin embargo con nuestro compromiso hacia la planeación y el apoyo de estrategias que se acoplen a nuestro estilo de vida, se asegurará un buen aprovechamiento de los recursos didácticos, una mejor adquisición de conocimiento y la prosperidad de nuestro tiempo en pareja o en familia.

Listado final de referencias.

Ianni, Octavio (1996), Teorías de la Globalización, México, Siglo XXI Editores Latapí, P. (2003) ¿Cómo aprenden los maestros? Subsecretaría de Educación Básica y Normal.

Vallet, M. (2006.) Cómo educar a nuestros adolescentes. Un esfuerzo que merece la pena. (2ª ed.). Madrid: Editorial Praxis.

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